SIH

Simplemente una cuestión de unión

Ya sea a gran o pequeña escala, para facilitar las cosas se necesita una determinada forma de trabajar y de hablar entre nosotros. En resumen: una cultura empresarial inspiradora que no sólo permita el cambio, sino que también esté abierta a él. Pero, ¿cómo puedes reconocer esto, por ejemplo, como nuevo empleado?

Lo mejor es echar un vistazo primero. Aprende observando. ¿Qué hacen tus compañeros? ¿Cómo reaccionan los superiores cuando hacen una sugerencia de cambio? ¿Se escucha? Y si es así, ¿tiene posibilidades de llevarse a cabo?

¿Qué mueve al Grupo SIH?
No se tarda mucho en reconocer lo que hace vibrar a una empresa. ¿Sólo hace tictac una persona, o el tictac de todos juntos determina el camino y la dirección? Otro indicador importante de la posibilidad de cambio es la forma en que se tratan los errores, es decir, la cultura del error. Porque quien «abandona» el camino conocido e intenta algo nuevo tiene más probabilidades de cometer un error. La cultura imperante puede reconocerse muy rápidamente a partir de la reacción del entorno ante el error. ¿Se ve el error como un simple error o como una oportunidad para corregir el rumbo? ¿Como un barco que se dirige hacia un iceberg y consigue evitarlo? ¿Se nos permite aprender de los errores o preferimos permanecer en aguas seguras y pensar a nuestra manera?

Los errores pueden conducir a nuevas soluciones
En SIH, los «errores» se consideran parte de la solución. Esto se debe a que hace tiempo que se reconoce que, sin la oportunidad de fracasar, no se puede «inventar» nada mejor. Las innovaciones de producto sólo pueden crearse con la voluntad de dar rodeos. Sólo si el cliente describe un servicio como necesitado de mejora estamos en condiciones de responder con una mejora. Porque, por encima de todo, el objetivo y la visión clara de SIH es hacer las cosas más fáciles, tanto en nuestras interacciones diarias y en el diálogo transfronterizo dentro de la empresa como en el contacto con el cliente.